Proposición de
Imagina Burgos sobre solicitar a la Junta apoyo para el mantenimiento y mejora
de nuestro sector industrial.
El sector industrial es muy importante
para Castilla y León tanto por las cifras de riqueza y empleo que genera, como
por el importante efecto de arrastre que tiene sobre otras actividades económicas
relacionadas en la Comunidad Autónoma.
La industria representa un 22,8% del Valor
Añadido Bruto (VAB) de la Comunidad, porcentaje que supera la media nacional
del 18%, según el INE, con cifras de 2015.
En el caso de Burgos, sólo el sector
de la automoción, aglutina cerca de medio centenar de empresas y da empleo a
más de 7.000 trabajadores directos y otros tantos indirectos. Detrás de esta
industria que hace techos, chasis, parachoques, batería, bisagras, etc, hay una
demanda previa de metales, plásticos, productos químicos y textiles,
componentes eléctricos, etc, que han transformado a Burgos en un gran parque de
proveedores.
Recientemente la multinacional
Renault, que tiene factorías en Valladolid y Palencia, presentó su Plan
Industrial 2014-2016. Una de las intenciones es que el 80% de los proveedores
se sitúen en un radio inferior a los cien kilómetros de sus plantas en Castilla
y León, con el objetivo de “disminuir los
costes logísticos que son muy importantes en el proceso de fabricación”.
Con el argumento de la ampliación de sus plantas y la creación de 1.000 nuevos
puestos de trabajo, eso sí, tras firmar un acuerdo con los trabajadores para
reducir sus salarios, la multinacional ha logrado el apoyo de la Junta de Castilla
y León, para invertir 18 millones de euros en un parque de proveedores para
Valladolid. También en Villamuriel de Cerrato (Palencia)se han construido naves
y edificios para uso industrial, además de la urbanización de 30.000 metros
cuadrados, junto a otra de la plantas de Renault.
Todas estas inversiones han precupado
hondamente al sector automovilístico burgalés, que tiene en Renault a uno de
sus mejores clientes.
El Plan Director de Promoción
Industrial de Castilla y León establece
las líneas generales y directrices básicas de la política de promoción
industrial de la Junta de Castilla y León, con identificación de los
objetivos y prioridades perseguidas, tanto generales como, en su caso, especiales,
para sectores o zonas. Es, o debiera ser, el instrumento de la Junta de
Castilla y León para orientar las actuaciones que se van a llevar a cabo en el
período 2017-2020, con el objetivo fundamental de fortalecer e impulsar el desarrollo
de la actividad industrial en la Comunidad de Castilla y León.
Este Plan a pesar de sus buenas
intenciones, presenta una serie de lagunas como por ejemplo, que no está
territorializado, es decir, que no se hace un desglose de qué inversiones se
van a hacer en cada territorio. Con lo que la tan cacareada corrección de los
desequilibrios, se queda en una mera declaración de intenciones sin concreción
presupuestaria alguna. Esto supone que no garantiza políticas reales de lucha
contra la despoblación y la falta de empleo en nuestra tierra.
Por otra
parte el único protagonista de la estrategia de industrialización parece que es
la empresa privada. Casi todo son políticas de financiación de estas empresas
con dinero público. Se olvida del peso del sector público como motor de
la actividad económica y se reserva un papel secundario a la investigación de
universidades e institutos tecnológicos dependientes de ese sector. Falta también una apuesta por las energías
limpias, la economía social, el medio ambiente, etc.
Para
alcanzar los objetivos de impulsar y reforzar la actividad industrial en Castilla
y León, tal y como se establece en este Plan Director de Promoción Industrial
2017-2020, es necesario aunar la voluntad y la iniciativa de empresas,
inversores, empresarios y trabajadores, junto con la Junta de Castilla y León,
las administraciones locales, provinciales y regionales, así como los agentes
económicos y sociales de la Comunidad, las Cámaras Oficiales de Comercio e
Industria y las demás asociaciones y organizaciones que permiten dinamizar y
favorecer la actividad empresarial. Hemos de recordar que la partida económica
acordada para poner en práctica este Plan de 3 años de duración era de más de 800 millones euros.
Entendemos que desde la
Junta de Castilla y león se quiera apoyar la inversión de las empresas
generadores de empleo, pero eso no debe generar diferencias de trato entre las
provincias que componen la Comunidad, y mucho menos que la institución pública
sea cómplice de la deslocalización de empresas. El tejido industrial de Burgos, y en
concreto, como proveedor de componentes para automóvil, debe gozar de la
protección y apoyo de la Junta en igualdad de condiciones con otras provincias.
Los intereses de una empresa privada no pueden ni deben modificar las políticas
destinadas al equilibrio territorial de las industrias existentes. Uno de los
objetivos del Plan Director de Promoción Industrial es”reforzar los sectores industriales consolidados en el territorio”. El
polígono industrial de Villalonquéjar IV, en la Capital, pese a ser competitivo
tiene problemas en la puesta en el mercado por el alto precio de las parcelas,
marcado entre otras cosas, por el coste de expropiaciones y urbanización que
sufragó el Ayuntamiento de Burgos sin apoyo de la institución regional.
Finalmente,
a todo este panorama de incertidumbre, se une la realidad de unas
infraestructuras de transporte y logística, que, siendo el punto fuerte del
crecimiento histórico industrial de Burgos, en las últimas décadas ha sufrido
un decaimiento en favor del Eje Madrid-Valladolid-Palencia-Cantabria-País
Vasco, tanto por carretera como por ferrocarril. El abandono de la vía directa
del tren por Aranda de Duero para comunicar Madrid con Europa, el retraso del
AVE, los negros nubarrones que siempre se han cernido con la liberación de la
AP1, además de la eterna promesa de comunicación por autovía con Logroño y
Cantabria, nos dejan en una situación muy comprometida para el desarrollo.
Propuesta de resolución:
1.- Expresar formalmente
la preocupación de la Ciudad y Provincia de Burgos por el que entendemos es un
trato discriminatorio, al hacerse una inversión pública en los Parques de
Proveedores de Palencia y Valladolid asociados a la multinacional Renault,
perjudicando al empleo de nuestras empresas del sector y generando una
desigualdad territorial en la apuesta por la industrialización.
2.-El Ayuntamiento de
Burgos y la Diputación deben convocar a todos los agentes sociales y económicos
de la Ciudad y Provincia, para elaborar una hoja
de ruta o Plan estratégico, que presentar a la Junta de Castilla y León, como
elemento tractor de un desarrollo sostenible, y así solicitar a la Junta de
Castilla y León su apoyo económico para llevarlo a cabo.
En
Burgos 8 de septiembre 2017.
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