domingo, marzo 05, 2017

La casa de la discordia.
 
 
 



Recordarán mis queridos lectores y lectoras, que en la última ocasión les hablé del misterio de la casa que edificó el ex alcalde Luis Díaz de Oyuelos, junto con Fabián Yarto en la Plaza Alonso Martínez, y por qué "desaparecen" tres quintos de ese edificio entre 1907 y 1913, fechas que separan estas dos fotos de la Colección Galafel que custodia actualmente el Archivo Municipal. Pues bien, hoy aclaramos el tema. Síganme.


Plano de las casas que pretenden edificar Luis Díaz de Oyuelos y Fabián Yarto en la Plazuela de la Audiencia. 1847. Figura en el expediente 3º-3º legajo 139 del Archivo General Militar de Segovia.

 
El 13 de septiembre de 1847, Luis Díaz de Oyuelos y Fabián Yarto, mandan una carta a la Reina Isabel II, explicando que "a los suplicantes corresponden dos casas sitas en la Plazuela de la Audiencia números 12 y 14, las cuáles están unidas a la Muralla vieja, según se demuestra en el plano que acompaña por duplicado". Ambos se proponen  dar más amplitud a sus casas, y para ello, desean adquirir el trozo de Muralla que está unido a aquellas, aclarando que con ello"no se persigue perjuicio alguno, antes si, se mejora el aspecto público". Por tanto indican que la Reina se digne a cederles ese trozo de muralla para edificar sobre él, estando los exponentes dispuestos a pagar su justiprecio.
 
En el Archivo General Militar de Segovia se conserva el expediente que se sigue sobre el asunto que tratamos. Está en la Sección 3ª División 3ª legajo 139 titulado "Enajenación muralla de Burgos a Luis Díaz de Oyuelos y Fabián Yarto". Allí se encuentran todas las comunicaciones que se entablan entre las partes. El Capitán General de Burgos, Agustín Caminero transmite al Ministro de la Guerra que "no perjudica a la buena defensa de la fortificación" y que por tanto, puede accederse a lo solicitado. Ya, en el mes de noviembre de ese año, el Ministro de la Guerra indica desde Madrid, que ha"dado cuenta a la Reina(Q.D.G)de la instancia que V.E. dirigió a este Ministro", expresando el deseo de los citados para adquirir esa parte de la muralla y edificar en ella. Aclara el Ministro que las murallas "son propiedad del ramo de guerra, y que su enagenación está mandado se haga, en cada caso particular, instruyendo el oportuno expediente, de la manera en que lo han hecho los recurrentes". Por lo que se da conformidad a lo actuado y se accede, por orden de S.M, a la pretensión de la compra, abonando la tasación que se haga de los materiales y solares que adquieran; cantidad que se adjudicará a la dotación ordinaria de Ingenieros de la plaza de Burgos, para cubrir necesidades. Normalmente de adjudicaba en pública subasta del Estado, aunque había cierta condición de tanteo para los propietarios que lindaban con el bien subastado.
 
En un anterior capítulo, ya vimos como Luis Díaz de Oyuelos quiso adquirir un terreno fuera de las murallas, para construir una valla hasta la esgueva de Trascorrales, que sirviera de cierre al nuevo jardín de su casa. Pese a que el Ayuntamiento accedió y cobró por esta venta, la intervención del Capitán General, afirmando que se perjudicaba a los intereses de la Hacienda Militar al no dejar un paso de ronda, paralizó tal venta, y la muralla quedó como la contemplamos ahora en las traseras de la calle Trinidad.
Plano de la zona que pretendió comprar Luis Díaz de Oyuelos y no se llevó a cabo.




Alzado de la modificación propuesta para la valla exterior que daba a la Trinidad. Tampoco se realizó y el jardín quedó como público.
Pasemos ahora analizar la configuración urbanística que tenía esta zona de la plazuela de la Audiencia, actual Plaza Alonso Martínez,en esos momentos de mitad siglo XIX.
Detalle de la configuración de la Plazuela de la Audiencia en 1866 extraído del Plano de Coello.
 



Croquis de la Plazuela de la Audiencia. Exp.17/481 Ambu. 1846.
 
Como se ve por el plano que antecede, lo que ahora es la Plaza Alonso Martínez, realmente no era más que una calle ensanchada que se encaminaba hacia el arco de Margarita, haciendo honor al nombre  Plazuela de la Audiencia, que se hallaba situada en el Palacio de las 4 Torres, actual edificio de Capitanía. Pegada al Arco de Margarita estaba la casa de Ángel Revilla, propietario anterior a Luis Díaz de Oyuelos ( y por lo que se percibe en la documentación también en fechas posteriores), y detrás de esa casa, la del cabildo de San Gil, que poco más tarde adquirió, el presbítero de la Catedral, Fabián Yarto. El resto de propietarios, en la parte izquierda de la calzada son Bruno Carranza y el Conde de Villariezo, hasta llegar a la esquina con la actual Avellanos, donde estaba la casa de los escribanos. En este croquis que elaboró Pedro Guinea en 1846, observamos el nacimiento de la alineación de las actuales casas números 3 y 4 de la Plaza Alonso Martínez, según línea proyectada por el entonces arquitecto municipal Bernardino Martínez de Velasco. Vendió la municipalidad a Carranza 650 pies cuadrados. El interés del arquitecto municipal era una alineación más recta de las edificaciones, pero chocó con la oposición del Regente de la Audiencia, al que no gustó que se vendieran esos terrenos públicos tan alegremente.
Este es el plano en el que el arquitecto municipal detalla el terreno vendido de 364 pies cuadradosy los 84  a los que renuncia Luís Díaz de Oyuelos. (Ambu 17/482) Todo ello para conseguir casi un ángulo recto con la casa de Bruno Carranza y visualizar mejor el Arco de Margarita desde la confluencia con calle San Juan.


 De hecho, en 1847, cuando se abrieron los cimientos de las casas de Ángel Revilla y el Cabildo de San Gil, para edificar los edificios proyectados por Díaz Oyuelos y Fabián Yarto, el Regente de la Audiencia denunció "usurpación de la plaza pública" y envió una carta al Ayuntamiento con tono ofensivo denunciando que "mediante un contrato escandaloso se han abierto los cimientos de las casas  4 o más baras más allá de lo derribado..." El lío que se formó fue monumental, necesitando la intervención del Jefe Político de la Provincia que dictaminó que la ley de municipalidad daba en ese momento a los ayuntamientos, la facultad de decidir la alineación de calles o plazas. Todo venía a raíz de un acuerdo entre el Ayuntamiento y los nuevos propietarios para formar un ángulo recto con la casa de Bruno Carranza, ocupando parte de espacio público, y a la vez retranqueando la fachada que daba a la Audiencia. La razón que esgrimía el arquitecto municipal, era para que el Arco de Margarita "pudiera verse desde la entrada a la Plazuela por la Calle San Juan".(Ambu 17/482). Para el Regente quedaba muy claro el trato de favor para con los nuevos propietarios por lo irrisoria de la cantidad que recibía el Consistorio a cambio.
Fachada al Oriente de la Casa que edificaron Luis Díaz de Oyuelos y Fabián Yarto en la Plazuela de la Audiencia (actual Plaza Alonso Martínez 5-6) en 1847.Ambu 17/482.

 
 En el Archivo Municipal existe un expediente de la Sección Administrativa 1509 de la Policía Urbana 22, en definitiva el 22/1509, que nos va aclarar totalmente lo ocurrido entre las dos fotografías del principio.
Dentro de este expediente titulado "Casas declaradas en estado de ruina desde 1892 al 1923", se encuentra una pieza promovida por la Alcaldía que comienza el 11 de abril de 1905, y versa sobre las casas números 5 y 6 de la Plaza Alonso Martínez. El Arquitecto municipal, Saturnino Martínez Ruíz, recibe el encargo de realizar un informe sobre el estado de la casa con la mayor urgencia para dictaminar el estado de ella, y para que detalle las obras que deba hacer el propietario para garantizar la seguridad. En dos días tenía el arquitecto terminado el informe, que declaraba la ruina total inminente, pidiendo un corto plazo para su derribo. Entre otras cosas afirma en su informe, que en la "planta baja se advierte un rebajamiento del terreno, que ha dado lugar a grandes movimientos de los muros de carga; se advierten agrietamientos, tanto en la medianera con la casa número 4 como en las fachadas, particularmente en la que vuelve a la calle Sanz Pastor; los muros del pozo de escalera son ya verdaderos hundimientos; casi todos los muros de carga y tabiques están agrietados y rebajados"...etc.
El 14 de abril de 1905 se manda ya un certificado a los propietarios, Pedro Verona Gómez y José Moreno Alvareda, para que en base al artículo 93 de las Ordenanzas Municipales y al 389 del Código Civil, procedan al derribo en el plazo máximo de 15 días.
 José Moreno Alvareda, vive en Madrid, en el distrito del Congreso, calle Lope de Vega 34. Tras recibir la comunicación el 26 de abril, contesta al Ayuntamiento el 5 de mayo. Expone "que la casa es propiedad de su difunta Madre política Dº María Josefa de Yarto, y no suya, aunque la representa desde su fallecimiento y de los herederos del Sr.Revilla". Manifiesta que el estado de ruina es más aparente que real, pues así lo comprobó el Ingeniero que vio la casa hace siete años, cuando el mismo arquitecto del Ayuntamiento, Saturnino Martínez, ordenó el cierre de esta casa. Explica José Moreno que tan sólo tiene esta edificación 50 años de vida y "cuenta con cimientos de mampostería de la antigua murallas". Para el exponente, las 4 fachadas se hallan en completo estado de solidez, "pues  la pequeña grieta que se nota en la parte alta de una de ellas, fue producida al desmontarse el arco llamado de Margarita, sin que haya continuado." En el interior, achaca a las filtraciones producidas por las fugas de la cañería de la Empresa de Aguas de esta Ciudad, en forma de desperfectos de fácil y no costoso arreglo. La razón por la que no se han hecho las reparaciones, es porque se está a la espera de que se solucione el problema de las fugas de la Compañía de Aguas, como indica manifestaron al Ayuntamiento hace 5 años cuando les obligaron a cerrar la casa por riesgo de derrumbe. Finalmente. José Moreno solicita revocar la orden de derribo.

Este problema de las filtraciones de agua se refleja en muchos expedientes municipales de estos años y afectó a todas las viviendas que bajaban por la calle Trinidad hasta girar a la Plaza Alonso Martínez. En concreto el expediente del Ambu 22-1077 relata una ardua disputa de Baldomero Villegas, Coronel de Artillería, sobre la ruina de sus casas en la calle Trinidad, números 6,8,10 y 12, donde toda la culpa la atribuye a fugas de la tubería general de la Compañía de Aguas, que viene de los depósitos y va hacia el edificio que la empresa tenía junto a la Casa de las 4 Torres, en lo que ahora es la calle Concordia. La "Compañía de Aguas" nace en Burgos en 1889, y una de sus especiales funciones fue fabricar luz.  Para ello tenía la instalación de transformación hidroeléctrica, llamada "fábrica de la luz" . Gran parte de las centrales eléctricas que se crearon entre finales del siglo XIX y primer tercio del XX, fueron molinos readaptados. En Burgos también funcionaron la "Electra de Castañares",  el "Porvenir de Burgos", y la "Hidroeléctrica del Arlanzón".


En este Plano de los ingenieros Lostau y Martín Campos de 1894, se puede observar la configuración de la Plaza Alonso Martínez y la ubicación de la Fábrica de la Luz de la Compañía de Aguas. Es el edificio que se pega a una esquina del Palacio de las 4 Torres(luego Capitanía) al sur de la Plaza y al comienzo de lo que ahora es la Calle Concordia.

Del mismo modo, Fabián Barriocanal ( expediente Ambu 2-520), tuvo que reclamar tras la declaración de ruina de sus casas y las de sus hermanos al comienzo de la calle Trinidad, en concreto los números 18 y 20. La cimentación se encontraba fangosa, "efecto de las filtraciones de agua procedentes de la tubería que tendida por esta calle de la Trinidad, conduce desde el depósito de la Compañía de aguas  hasta la fábrica de la luz eléctrica". Incluso el propio Ayuntamiento reclamó daños en la Calle Trinidad por una gran rotura de esta tubería que levantó todo el adoquinado. Todo esto ocurre entre los años 1895-1905 repetidamente, y los propietarios de las casas no querían reformar sus casas, por no tener confianza de que los problemas de las filtraciones estuvieran resueltos por parte de la Compañía de Aguas.

El 12 de mayo, el Alcalde de Burgos contesta a José Moreno, que si está disconforme con la decisión municipal debe hacer lo que estipula el artículo 100 de las ordenanzas municipales, y tiene desde éste momento 8 días para hacerlo. Y lo hace. Presenta un recurso de alzada sobre la decisión tomada previo encargo de un informe a un perito para que certifique el estado del edificio. De ello se encarga el prestigioso arquitecto José Calleja y Lozano, miembro de la Real Academia de San Fernando. Este afamado arquitecto, que trabajaba sobre todo para la Diputación haciendo edificios tan sobresalientes como el Hospicio de San Agustín, hizo un informe que disentía en algunos aspectos de las opiniones del arquitecto municipal. Califica la situación como de ruina parcial inminente y propone una serie de soluciones para no tener que demoler todo el edificio. Indica el arquitecto que se deben reforzar  todos los pies derechos de la planta baja, demoler el muro de fachada que vuelve a Sanz Pastor, desmontar la galería establecida en la fachada Norte, revocar el resto de fachadas y el tejado, así como hacer pequeñas reparaciones de los entramados interiores de madera.

Ante esto, y para dirimir la discordia, el Ayuntamiento nombra el 4 de octubre, al Ingeniero Perito Militar, Sebastián Carsi, como "perito tercero". A lo que replica José Moreno, preguntando si el tal Carsi "¿posee el título de arquitecto y ejerce como tal pagando su contribución correspondiente?". A pesar de esta oposición de uno de los propietarios de la casa en cuestión, Carsi, coincide en dar la razón a Calleja, y por lo tanto, también disiente del Arquitecto Municipal en su calificación de ruina total. Para Carsi "el movimiento del terreno es de carácter accidental, no persistente" hecho comprobado porque en los 5 meses que han mediado entre su informe y el de Calleja, la situación descrita es idéntica. El estado del edificio, en fin, permite hacer las reformas propuestas por José Calleja y no es necesario derribar todo el edificio, sino alguna fachada.
Esta es la vista que quisieron conseguir los Corporativos municipales a comienzos del XX desde la confluencia de la calle San Juan con Plaza Alonso Martínez. Origen de la polémica por la expropiación por supuesta ruina de la casa que "tapaba" parte del edificio de Capitanía.


Hay un detalle en el informe del ingeniero Carsi que nos da una pista de lo que  realmente estaba ocurriendo y estaba en el fondo del asunto. Atribuye las prisas del Ayuntamiento a que la Corporación tiene proyectado un ensanche de la vía pública en ese punto, con motivo de la instalación de la Capitanía General. Y el nuevo edificio, que de ocurrir esto, luciría mucho más, viéndose también desde la Plaza, la nueva escuela municipal de Sanz Pastor, ambas construidas de la mano del arquitecto municipal, Saturnino Martínez Ruiz, juez y parte, como vemos, en el expediente de derribo de las casas citadas. No hay que pasar por alto un dato importante a tener en cuenta: las arcas municipales no disponen de holgura suficiente para grandes dispendios, y no es lo mismo expropiar un solar, que un edificio con sus viviendas.
En febrero de 1906 el Ayuntamiento solicita informe al Gobernador civil de la Provincia, sobre quién  tiene la competencia de ordenar un derribo para garantizar la seguridad y éste contesta que según el artículo 389 del Código Civil, le corresponde al municipio.
Así es como el 9 de marzo Alcaldía toma el acuerdo de ordenar el derribo de las casas 5 y 6 de la Plaza Alonso Martínez comunicándoselo a los propietarios e insertando el anuncio en el BOP.
Ante este acuerdo, Celedonia Pineda de Yarto, propietaria del número 6 con su corral y cuadras, junto a su hermana y sobrinos, herederos todos, presenta un recurso de alzada contra la resolución del Ayuntamiento de fecha 9 de marzo que decreta el derribo de su casa. Se justifica este recurso en base al derecho que le otorga el artículo 169 y siguientes de la Ley Municipal vigente en ese momento. Entiende que sólo se debe obligar al derribo cuando no fuese posible la reparación, y los informes de José Calleja y Carsi coinciden en la ruina parcial.  Aunque José Moreno ha cesado en la representación de Celedonia, al ser padre de uno de los herederos menor de edad, protesta en un escrito al Ayuntamiento por tomar una resolución arbitraria y contraria al parecer del perito tercero nombrado en discordia, que "sólo se entiende por que se pretende el ensanche de aquella Plaza, por convenir a Guerra y al ornato público, según manifiestan los periódicos de aquella localidad".
En 1907
Después de 1913


El 6 de diciembre de 1906, finalmente, el Gobernador Civil actúa para resolver que "se permita la demolición de la parte ruinosa y se indemnice la parte no ruinosa". Entre tanto Celedonia ya había desistido de hacer la reforma y consentía vender por 40.000 pesetas su casa, que es el valor manifestado en la testamentaría de Josefa de Yarto, su madre, por la casa. El otro propietario, Pedro Verona Gómez, apoderado de su hija Dolores Gómez Revilla, ofrece la parte de la casa número 5  que es, en parte, de su propiedad por la cantidad de 5.250 ptas. Manifiesta que "tuvieron que abandonar la casa por las numerosas grietas y no ser posible el acuerdo para la reparación con los propietarios del 6, que viven en Madrid." Comprende que dicha finca "es de necesidad para el ensanche de dicha Plaza, para dar más realce y utilidad al nuevo edificio de Capitanía General." Tan sólo son propietarios de 51,76 m2 en planta baja y 161,9 m2 en el primer piso.
Entre tanto, se nombra a Antonio Esteban, administrador del Hospital Militar, como representante de la familia Pineda en Burgos para este asunto. Esteban ya indica en enero de 1907, fecha en la que prácticamente está terminado el nuevo edificio de Capitanía, que "no consentirá que se derribe la parte que no está ruinosa y que determinaron los técnicos que se puede reparar" afirmando que por parte del Ayuntamiento "se estaba intentando minorar el precio de compra por este modo".
Con fecha 1ºde Abril de 1907, el arquitecto municipal, Saturnino Martínez Ruiz envía una carta al Gobernador Civil, bastante enfadado, manifestándole que en cumplimiento de la orden dada en 6 de diciembre de 1906, "se han ejecutado las obras de demolición parcial de dicha casa, con el desmonte del muro de fachada que vuelve a la calle del General Sanz Pastor, donde estaban establecidos los retretes, y así mismo la galería de la fachada Norte, partes que categóricamente se reconocían en los puntos 2º y 3º de la certificación del perito Don José Calleja, como sujetos a ser demolidas, con cuyo parecer estaba conforme la certificación del Ingeniero Don Sebastián Carsi. Y afirma que "declina toda responsabilidad si hay derrumbe pues él aconseja el derribo total del edificio". Manifiesta una vez más con ello, la disconformidad con la decisión tomada por el Gobernador Civil en este caso. Un mes antes, este arquitecto municipal había manifestado en un informe "la imposibilidad de ejecutar lo ordenado por el Gobernador Civil", contestándole el propio Alcalde, Ramón de la Cuesta, "que cumpla lo ordenado"
Fachada Norte y la "vuelta a Sanz Pastor" que se desmontaron por amenazar ruina el 5-6 de la Plaza Alonso Martínez, siendo expropiado después en parte para ampliar el espacio público.

Inmediatamente terminado el tira y afloja con el derribo parcial, se inicia otro expediente para la expropiación de la casa número 6 de Alonso Martínez a instancia de varios corporativos. Entre el 8 de febrero de 1907 y el 22 de enero de 1913 se llevan a cabo las gestiones. Lógicamente, la tasación la hizo...Saturnino Martínez, que incluyó 703,95ptas por el derribo parcial, además de 550ptas por sus honorarios, que son el triple de lo habitual "por haber ofrecido la obra , grave responsabilidad al arquitecto".Vamos, que se lo iban a pagar y bien.
No hubo avenencia en el precio y en julio de 1907 el Alcalde, Fernández Cavada, inició la expropiación forzosa, "para para completar la urbanización que se proyecta en las calles que rodean al Palacio de Capitanía", como vemos, ya se dice abiertamente el objetivo. En ese mismo año se inauguró el nuevo Hotel Norte y Londres, propiedad de los hijos de Manzanedo, que hermoseaba, con un edificio de tintes modernistas  muy del gusto de la época , la fachada que daba a la Plaza de Alonso Martínez, por la que se accedía. Es de entender así que las autoridades y el pueblo de Burgos quieran hermosear las vistas del turista que pueda contemplar en todo su volumen la obra de Saturnino.

El tira y afloja, con cambios en los intermediarios de Celedonia Pineda, finalmente se alarga hasta llegar a una Comisión de Hacienda del 16 de octubre de 1912 donde se acuerda el pago a dicha señora de 29.182,32 ptas y a Pedro Verona 4.863,72ptas. Se les ha descontado los gastos del derribo sobre  la cantidad inicial acordada.
El Ayuntamiento pretendió vender títulos de deuda para pagar la expropiación, síntoma claro de los problemas de financiación del Consistorio, pero no obtuvo autorización del Estado. Finalmente se tuvo que acordar el abono en tres anualidades, presupuestos de 1913-14-15, y sujetas al pago de un interés del 5% anual sobre la deuda en pagos cada trimestre a los expropiados.

Misterio resuelto. ¿Era ruina o expropiación? Las dos cosas, y un poquillo polémicas entiendo yo.

El Ayuntamiento de Burgos abordó la construcción de la sede de Capitanía sacando de sus arcas municipales 700.000 pesetas. El edificio de inspiración neogótica se edificó tras la demolición del Palacio de Castrofuerte o casa de las 4 Torres que se encontraba en mal estado. Tras la conversión de la Comandancia militar de Burgos en sede de Capitanía General en 1841 para las provincias del Norte (Santander, Logroño, Vizcaya, Guipúzcoa, Álava, Navarra, Palencia y Burgos), la pelea empieza en la búsqueda de un edificio principal que acogiera los servicios de Estado Mayor y Gobierno Militar. Un Real Decreto decide en 1893 que el Estado Mayor de la zona se instale en Miranda de Ebro. Tras intensas gestiones de las diferentes instituciones de la Ciudad, respaldadas por una gran manifestación de más de 6.000 burgaleses ( sobre 30.000 personas que habitaban Burgos en ese momento), se revierte la situación y se establece en Burgos capital la sede de la Capitanía General del VI Cuerpo del Ejército. Fernando Ortega Barriuso nos dice en su libro "Breve Historia de la Ciudad de Burgos" que para celebrarlo el Ayuntamiento repartió 2.000 vales de pan y arroz a los pobres. Según refleja la prensa el edificio se hizo de rogar y la sede fue dando tumbos por diversos edificios de la Ciudad (en la Calle de la Calera, en la Casa del Cordón, etc). Todavía en 1901 el Diario de Burgos señalaba que "o el Ayuntamiento facilita un edificio decoroso para la instalación definitiva de la Capitanía General o ésta será trasladada a otra población." No en vano había estudios técnicos del Ministerio que aconsejaban su instalación en Vitoria por sus mejores condiciones geográficas y geopolíticas como señala Emiliano González Díez en el libro "La Ciudad de Burgos en su Historia. Las familias poderosas de la burguesía que gobernaba la Ciudad, especialmente enriquecidas tras la desamortización, y que habían copado todo el poder municipal ( los Plaza, escudero, Casado, Dorronsoro, Moliner, Rico, etc) optaban por un modelo de ciudad de servicios administrativos y militares, desechando en  buena medida a instalaciones industriales como los talleres de la Compañía de Ferrocarriles del Norte que emigraron a Valladolid. El miedo a que las nuevas organizaciones obreras se adueñaran de la domesticada población burgalesa pesaba mucho en sus decisiones. Ello condicionó durante décadas el modelo de crecimiento urbano y social de Burgos, donde los cuarteles militares crecían como setas. La guarnición castrense la estima Emiliano González, en 1740 hombres, "distribuidos en cinco regimientos acuartelados en la calle Vitoria-en las huertas del monasterio de San Juan se ubicó el de infantería de San Marcial-y el de artillería de Fernán González en el Paseo de la Quinta y el cuartel de milicias en Avellanos". A ellos sumamos el parque regional de artillería de Santocildes, las dependencias de suministros en la calle San Francisco, la Comandancia de Ingenieros, el nuevo Hospital Militar que sustituyó al derruido en la Merced, Caballería...

Finalmente, haremos una breve mención a los dos arquitectos intervinientes en la disputa que nos ocupa.
El arquitecto José Calleja y Lozano fue Académico de San Fernando desde 1888. Actuó como arquitecto de la Diputación y por ello intervino en numerosas obras que en esos años impulsó esta Institución. Véase los Ayuntamientos de Medina de Pomar y Villarcayo, que gozan de la tradición neoclásica y cierto eclecticismo. En la Capital destacamos el Seminario San José, la ampliación del Hospital de San Quirce y San Julián (Barrantes), y sobre todo su magnífica obra en la Casa de Beneficencia u Hospicio de San Agustín, actual Centro Cívico.
Fotografía aérea de los años 60 en la que se aprecia el conjunto de la edificación proyectada por José Calleja y Lozano para Hospicio o Casa de Beneficencia Provincial, en las antiguas huertas del Monasterio de San Agustín.

Imagen antigua del interior del Hospicio Provincial, actual Centro Cívico San Agustín. Las columnas que vemos fueron ubicadas en la Plaza Dr. Emilio Giménez Heras.


En el costado derecho de la fachada del antiguo Hospicio Provincial se puede leer aún la firma del arquitecto José Calleja.

En el mismo contexto de arquitectos formados en la escuela de Arquitectura de Madrid, y que desarrollan una intensa labor como funcionarios dependientes de una Institución, destaca el otro protagonista de nuestra historia: Saturnino Martínez Ruiz. Gran protagonista del diseño urbanístico para el tránsito del siglo XIX al XX en nuestra Ciudad. Nacido en Calahorra en 1842, Académico de San Fernando desde 1969 trabajó en Logroño y Soria antes de conseguir la plaza de arquitecto titular del Ayuntamiento de Burgos. Aquí permaneció desde 1888 hasta su jubilación en 1923 e incluso como "arquitecto consultor" hasta su muerte en 1930. Como hombre de su momento, y dentro de la ideología burguesa del "laisser fair", propuso cambios muy sustanciales en el irregular trazado del centro urbano, en aras de la salubridad y buen aspecto público. Así, la cubrición de esguevas y ampliación de calles y plazas fueron uno de sus grandes objetivos. Numerosas obras avalan su productividad y genio. Entre ellas destacamos La Escuela de Vadillos (edificio de escuelas municipales en calle Sanz Pastor), el mercado de la calle Santocildes, y la Sede de Capitanía General. Suya es también la portada modernista del Salón de Recreo que se conserva en el Teatro Principal. Solidez constructiva, nuevos materiales y corrección académica, conjugando tradición con modernidad. El conjunto urbanístico para la burguesía en la Isla, la configuración de la Quinta, así como la Calle Laín Calvo,  el inicio de la Calle Vitoria y hasta la Plaza Mayor son fruto de su intervención.


Edificio de Capitanía levantado en la Plaza Alonso Martínez en el solar que ocupaba el Palacio de las 4 Torres. Autor Saturnino Martínez.1904-1908.
 

Edificio diseñado por el Arquitecto Municipal Saturnino Martínez para Escuelas Municipales de los Vadillos en la calle Sanz Pastor.1890.
 

 
Documentos consultados.
Ambu (Archivo Municipal de Burgos), signaturas: 22-1509; 22-1077;2-520; 22-566; 18-1264; 17-481; 17-482; 17-483; 11-64; 17-481; 11-64; 11-155; FO 28556 y 28561
Archivo General Militar de Segovia. 3ª 3ª Legajo 139.
Bibliografía:
-IGLESIAS ROUCO, Lena Saladina: "Arquitectura contemporánea. Génesis y desarrollo.(1760-1960)". Varios Autores Historia de Burgos, Edad Contemporánea Tomo IV, parte 4; Burgos 2007 Caja de Burgos.
-MARTÍNEZ DÍEZ, Gonzalo y GONZÁLEZ DÍEZ, Emiliano: "La Ciudad de Burgos en su Historia" . IMC Ayuntamiento de Burgos, 2009.
-ORTEGA BARRIUSO, Fernando: "Breve Historia de la Ciudad de Burgos". Burgos 1996. Artecolor.

                           Autor de este artículo: Jesús Ojeda Calvo.    En  Burgos,  5  de marzo 2017.